08 julio, 2007

El elegido.

Allá cuando se terminaba la dictadura en Uruguay y el abuelo Chiqui todavía temía que su hija todavía adolescente "se metiera en "líos" de política, ella, la tía San desafiaba a padre, milicos y vecindario con las canciones de Silvio Rodríguez sonando a toda voz desde aquel pasa cassette. Mientras tanto la sobrinita de 9 años, una futura pagana, la escuchaba repetir con cara de extremo cope, "Silvio no tiene voz para nada, pero cómo canta! es una dulzura!!" jajajajaja al final fue contagioso o herencia de la tía... vaya uno a saber.
Estuve bajando música y me encontré con esta canción. No dejes de escucharla, es divina (una dulzura, cómo decia la tía San).
Y cómo es una canción preciosa que habla de muchos ideales nobles, aprovecho para dedicársela a un amigo del alma con el que he compartido días, noches y años de coincidencias y afinidades. Pensando en vos querido Carlos, mi querido Lord Carlos. Por esas cosas que solo vos y yo entendemos y para las que no nos hacen falta palabras.


Canción del elegido
Siempre que se hace una historia
se habla de un viejo, de un niño o de se sí,
pero mi historia es difícil:
no voy a hablarles de un hombre común.
Haré la historia de un ser de otro mundo,
de un animal de galaxia.
Es una historia que tiene que ver
con el curso de la Vía Láctea.
Es una historia enterrada.
Es sobre un ser de la nada.
***
Nació de una tormenta
en el sol de una noche,
el penúltimo mes.
Fue de planeta en planeta
buscando agua potable,
quizás buscando la vida
o buscando la muerte
eso nunca se sabe.
Quizás buscando siluetas
o algo semejante
que fuera adorable,
o por lo menos querible,
besable, amable.
***
El descubrió que las minas
del rey Salomón
se hallaban en el cielo
y no en el África ardiente,
como pensaba la gente.
Pero las piedras son frías
y le interesaban calor y alegrías.
Las joyas no tenían alma,
sólo eran espejos, colores brillantes.
y al fin bajo hacia la guerra…
¡perdón! quise decir a la tierra.
***
Supo la historia de un golpe,
sintió en su cabeza cristales molidos
y comprendió que la guerra
era la paz del futuro:
lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida.
La última vez lo vi irse
entre humo y metralla,
contento y desnudo:
iba matando canallas
con su cañón de futuro.
Silvio Rodríguez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

silvio..uno de los grandes.
preciosa canción.
abrazo.

Omar Cid Maureira dijo...

No la había entendido, hasta ahora...gracias. Cuando escuchaban Silvio, yo tomaba vino resignado.