02 julio, 2007

Yo te doy una canción...

Hace algún tiempo conocí a alguien con quien me pareció tener alta afinidad (en cantidad y en calidad). Me pareció en aquel momento que a él le pasaba lo mismo. Poco, muy poco después, ya sea por diferencias de sentires, por que no era el momento o por malos entendidos, él decidió alejarse. Esperarlo se me hizo inevitable, es que uno a lo bueno se acostumbra muy rápido. Lo busqué, insistí y en un momento sentí que lo molestaba. Él contestó al final y creo que lo hizo de la única manera que yo podía entender. Me dolió, no sus palabras, si no el tener que aceptar que a él no le pasaba lo mismo que a mi y a partir de ahí quedamos a solas, mi sentir y yo.
Es muy loco cuanto uno se puede enganchar con una idea que está sustentada por un recuerdo. Es increíble sentir algo por alguien que lleva más tiempo sin hablarme que el tiempo que hablamos.
Es ilógico que hipoteque la posibilidad de conocer a otra persona porque sienta que no tengo lugar para nadie más que él por el momento.

Para EL la canción