26 febrero, 2007

Pesadilla de una noche de verano


Viajaba por una carretera en un día de sol y calor. Desde lo alto veía una playa de arena blanca y agua turquesa. De un momento a otro, el agua subió y cubrió por completo una silla de playa. Cubrió la playa entera, lenta e implacablemente. Pensé en el dueño de aquella silla, no se veía nadie cerca ¿en donde estaba aquel hombre?
Más adelante, no mucho más una mujer tomaba sol tumbada en la arena ignorando el peligro del agua turquesa, de la ola lenta... Me desesperaba su inconsciencia. Ella moriría si se quedaba ahí. ¿Acaso moriría como el dueño de la silla?

El paisaje cambió. Ya no me encontraba en la cima de aquella montaña. Había descendido algo. El paisaje de la playa seguía siendo hermoso y lejano. Yo caminaba por un acantilado. Sentía miedo de caer. Sentí miedo por la altura y por el agua lenta y turquesa. Regresaba por donde había venido, quería salir de allí. Me sentí mejor cuando mis pies pisaron la llanura vasta, la seca chatura...

Volví al acantilado, esta vez mucho más angosto y frágil. Allá abajo el agua tranquila rompía la silueta de un hombre muerto. La partía, la mecía. El acantilado era un angosto camino por el que yo avanzaba a gatas llena de miedo. El miedo crecía a cada paso dado, con cada piedra que se desprendía... El camino se angostaba hasta desaparecer, ya no había camino, solo podía ir volver.

Volver me daba más miedo que quedarme quieta. El agua sin tiempo, suave seguía trabajando en destruir aquel registro de muerte.

Llena de terror volvía, despacio, con cuidado de no terminar de romper aquel camino debilitado. Quería que se terminara, busqué en mi cabeza miles de formas absurdas para que se terminara aquel miedo horrible. Solo me quedaba andar. Con cuidado, de espaldas hasta llegar nuevamente al principio del camino. Las rocas se habían caído. Para llegar al inmenso llano, tenía que saltar. Mis pies se apoyaron justo antes de despertar...
Despertar a la vida... lenta e implacablemente volvieron a mi las sonrisas turquesas...

6 comentarios:

Emiliano Figueroa González dijo...

"Cuando todo haya pasado
y nos encontremos de nuevo
frente a un fogón encendido
convertidos ambos en ceniza
y ni huesos blanqueados queden
y ni sombras hayan en tus ojos
y no pueda tocarte ni mirarte
aún allí serás mi silencio"

(Luis Risco, "Más allá de tus ojos", en Hespérides. Ril editores, Santiago de Chile, 2002, p. 47)

un abrazo
(pensé que podría gustarte)

rafico dijo...

Hola corazón.

1. Ando por estos días embutido en un tema llamado “la complejidad”, algunos conceptos que en ella se esgrimen es el conocer no solo con la vista sino con los sentidos, aprendemos por nuestras percepción sensorial, por lo que nos dicen los demás y por nuestra sensibilidad...

2. Los sueños son mundos misteriosos cuando los contamos tendemos puentes a duendes, demonios y ángeles.... No me gusta que me cuenten sueños, temo que se vuelvan espejos en mi... por otra parte, ojalá soñara con acantilados, playas y mares.....

3. Cuando llega un libro a mis manos abro la página número, 69, y si es interesante lo leo....

4. Cuanto quisiera que unas gotas de cielo, me mojaran....

5. Gracias por tu recomendación... explorando encontré un sitio llamado joomla.com, es muy versátil...

Chao... un beso.

Korkuss dijo...

Terrorífico Letargo...

Qué suerte corregir la pesadilla jeje.

Besos

Anónimo dijo...

me da envidia q la gente recuerde sus sueños..

doryangray dijo...

a veces creemos que la oscuridad, la tormenta y el grito son la gran pesadilla, el resquicio maldito y peligroso que nadie quiere ver, pero lo cierto es que es parte del universo, que nustras formas de poreconcevir aquellas cosas estas erradas,y que la oscuridad y el grito y la tormenta y el silencio que antecede el desastre son necesarios, es un punto lleno de pluralidades

Câline dijo...

Le temes a la belleza de unas aguas turquesa, una playa solitaria.

Mi F. te diría esto: "Mira hacia arriba y verás que alguien te ha arrojado una cuerda y podrás subir y salvarte".

Él siempre me conforta en mis pesadillas y siempre las soluciona. Ojalá algún día en mis pesadillas pueda imaginar que me da la solución para salvarme, ojalá tú también puedas.

Un abrazote!